«La del manojo de rosas» regresa al Teatro de la Zarzuela: un homenaje al Madrid popular y vibrante

El icónico sainete lírico en dos actos, con música de Pablo Sorozábal, vuelve a brillar en el escenario del Teatro de la Zarzuela. Desde este miércoles hasta el 1 de diciembre, la producción dirigida por Alondra de la Parra y protagonizada por la Orquesta de la Comunidad de Madrid y el Coro de la Zarzuela revive una obra que captura la esencia del Madrid de los años 30. La célebre puesta en escena de Emilio Sagi, estrenada en 1990, regresa para conquistar de nuevo al público, con todas las localidades agotadas.

Un legado familiar y artístico

Sagi, un referente del género, eligió esta zarzuela por su estrecha conexión familiar con ella: su abuelo, Emilio Sagi Barba, fue cofundador del Teatro Fuencarral, donde la obra debutó en 1934, mientras que su tío, Luis Sagi-Vela, fue el barítono para quien se creó el papel de Joaquín. Con esta reposición, ya la séptima, el director celebra la vigencia de una pieza que combina humor, nostalgia y música excepcional.

Sagi describe la obra como un texto «divertido, nostálgico y profundamente humano», cuya interpretación se enriquece con el aporte único de cada elenco, manteniendo viva su frescura y autenticidad.

Personajes y trama: amores, clases sociales y feminismo

En esta versión, Vanessa Goikoetxea y Beatriz Díaz encarnan a Ascensión, la orgullosa florista que reivindica su origen humilde, mientras que Manel Esteve y David Menéndez dan vida a Joaquín, el señorito que se hace pasar por mecánico para conquistarla. Por su parte, Gerardo López interpreta a Ricardo, un aviador que también compite por el corazón de Ascensión.

La obra, ambientada en el Madrid de los años 30, refleja conflictos de clases, aspiraciones femeninas y el espíritu de la Segunda República. Sorozábal, con su característico ingenio, creó un sainete que rompe con lo clásico, dando voz a un Madrid moderno y en transformación. La florista Ascensión y la culta manicura Clarita son mujeres independientes que se niegan a ceder su libertad por amor, un mensaje revolucionario en su época.

Una obra cargada de simbolismo y crítica social

La música de Sorozábal, descrita como «sencilla, espontánea y cargada de salero», acompaña una historia que retrata con delicadeza el ambiente social y político del momento. El autor plasmó el Madrid del pueblo, sus barrios y costumbres, pero también la pujanza de nuevas clases sociales. «Es un canto al hombre trabajador y un reflejo del señoritismo de la época», comenta Sagi.

La producción de Sagi enfatiza esta riqueza, con un escenario que recrea fielmente la vida en las calles madrileñas: bares, talleres mecánicos y vecinos que se entrecruzan en un bullicio constante. «No quería un decorado estático, sino que, al abrir el telón, el público viera una calle auténtica de Madrid», explica el director.

Un éxito que trasciende fronteras

Desde su estreno en 1990, esta versión de La del manojo de rosas ha recorrido 12 ciudades españolas y ha llegado a Roma y París, donde incluso se adaptaron detalles culturales para conectar con el público local. «En París, tradujeron el nombre de Espasa como ‘Mr. Larousse’, un guiño que encantó a los asistentes», recuerda Sagi.

A lo largo de los años, esta obra ha vivido momentos memorables y emocionantes, desde accidentes fortuitos en escena hasta el paso de artistas que luego alcanzarían la fama. Sin embargo, su esencia permanece inmutable: una celebración de la cultura popular madrileña y de la alegría de vivir.

Un legado eterno

Hoy, La del manojo de rosas se consolida como una de las zarzuelas más universales. Sorozábal escribió en su estreno: «El público madrileño supo que estaba viendo algo nuevo y profundamente nuestro». Décadas después, la obra sigue siendo un faro de vitalidad y optimismo, un reflejo del Madrid que fue y del que sigue siendo.

El Teatro de la Zarzuela, con esta producción emblemática, no solo rinde homenaje al Madrid de los años 30, sino que conecta a las nuevas generaciones con un legado cultural lleno de música, humor y sentimiento.