En menos de una década, el modesto Deportivo Riestra de Buenos Aires ha escalado desde la cuarta categoría del fútbol argentino, casi al borde de la desaparición, hasta la Primera División. La noticia de su ascenso fue opacada recientemente por una controversia al hacer debutar al streamer Spreen en un partido oficial frente a Vélez Sarsfield, generando una ola de críticas. Esta acción, interpretada como una maniobra de marketing, buscaba captar la atención de un público joven y digital, aunque no estuvo exenta de polémica.
El debut de Spreen, quien fue retirado del campo en el primer minuto del partido, no fue bien recibido por el público y profesionales del fútbol. En un comunicado, el club explicó que la idea era crear “puentes entre el fútbol y las nuevas audiencias” para atraer a un público que actualmente sigue a los influencers en redes sociales. Deportivo Riestra pidió disculpas, aclarando que habían informado previamente de la iniciativa al equipo contrario.
Un club singular
Deportivo Riestra, fundado en 1931 y vecino al estadio de San Lorenzo, es uno de los clubes más humildes en Primera División. En sus entrenamientos de pretemporada destaca un estilo peculiar: realizan sesiones maratónicas en la madrugada y durante el día, con entrenamientos en turnos a las 3:30, 7:00, 10:30 y 18:00 horas, aprovechando playas cercanas a una discoteca. Además, en los partidos en el estadio Guillermo Laza, que tiene capacidad para 3,000 personas, incorporan un DJ que anima a los espectadores durante el calentamiento y en el descanso, ya que el estadio carece de iluminación para encuentros nocturnos y los partidos se juegan de día.
Un dueño polémico
El ascenso de Riestra ha estado impulsado por su dueño, Víctor Stinfale, abogado de trayectoria polémica que ha trabajado junto a Diego Maradona. Stinfale, quien llegó al club en 2012, lo llevó a un éxito vertiginoso, aunque también a situaciones controvertidas. En su carrera, ha representado a figuras cuestionadas, desde jefes de bandas de asaltantes hasta líderes de la barra brava de Boca Juniors. En 2016, Stinfale pasó 70 días en prisión, acusado en una investigación por la muerte de cinco jóvenes en una fiesta electrónica, en la que fue imputado por facilitar el consumo de drogas y homicidio culposo.
Hoy, Riestra vive su sueño en la Primera División, afianzado en la tabla media y llamando la atención por sus métodos no convencionales y decisiones arriesgadas que lo han convertido en un fenómeno mediático en el fútbol argentino.