España: tras la máscara de la fiesta, un mundo de vida salvaje

España… Un país donde el sol sofocante acaricia el mar azul, donde la arquitectura ardiente linda con la paella abrasadora. Pero bajo la máscara de esta fiesta se esconde otro mundo lleno de misterios y contrastes: el mundo de la fauna.

En el abrazo nevado de los Pirineos, donde los ecos de las avalanchas rebotan en las cumbres, majestuosos osos pardos pisan las nieves eternas, ágiles linces se escabullen por los senderos de montaña y nobles ciervos se deslizan por las laderas esmeralda.

Las estepas bañadas por el sol son el hogar de aves rapaces cuyos agudos ojos surcan los cielos. Y los ríos, como arterias, alimentan la vida de truchas y salmones.

En los calurosos páramos andaluces viven zorros henec, salamanquesas asustadizas, serpientes escurridizas y escorpiones venenosos. Y en las tierras altas de Sierra Nevada pastan majestuosas cabras montesas, muflones y escurridizos tejones.

Las islas de las perlas esparcidas por el mar azul guardan sus secretos. Las Baleares fascinan por sus zorros y cabras endémicos, y las Canarias por sus salamanquesas gigantes, cuyo tamaño asombra.

El lince ibérico, el grácil felino que adorna el escudo de España, se tambalea al borde de la extinción. El desmán de los Pirineos es una maravilla relicta que parece una musaraña con nariz de pato. El zapatito de Venus es una orquídea cuya graciosa flor encanta y atrae.

Pero la belleza de este mundo no debe verse ensombrecida por el fantasma de la caza, la caza furtiva y el cambio climático. Parques nacionales como el de Doñana y programas de protección del lince ibérico ofrecen esperanza para el futuro.

En España hay más de 500 especies de aves. 20 especies de mamíferos que no se encuentran en ningún otro lugar de Europa. El avistamiento de cetáceos es una aventura inolvidable en la naturaleza española.

España no es sólo sol y mar. Es un país donde bajo la máscara de una fiesta bochornosa se esconde un mundo frágil y lleno de maravillas.

Estudiando la fauna aprendemos a apreciar la belleza y la fragilidad de la naturaleza. El turismo responsable es la clave para preservar la vida salvaje para las generaciones futuras.

Venga a España, baile flamenco con sus habitantes emplumados y peludos, ¡y llévese un trozo de este bochornoso paraíso al corazón!