Ernst van Jaarsveld: el experto en la fascinante ‘Welwitschia’, la planta de dos hojas que desafía los siglos

La Welwitschia mirabilis es una rareza extraordinaria en el vasto mundo vegetal. Sus hojas, únicas e inigualables, se desgarran, tuercen y se extienden sobre el suelo abrasador de los desiertos de Namibia y Angola. Según el botánico y explorador sudafricano Ernst van Jaarsveld, su sorprendente capacidad de supervivencia radica en su “crecimiento minimalista y sin desperdicio”.

El reino vegetal es una fuente interminable de asombro. Con su diversidad de formas y adaptaciones, algunas plantas logran dejar boquiabiertos incluso a los más expertos: “¿Cómo puede sobrevivir aquí?”; “¿Sólo tiene dos hojas?”; “¡Es tan extraña!”; “¡Parece un pulpo saliendo de la arena!”. Estas son reacciones típicas al ver por primera vez a la Welwitschia, una planta que desafía las normas y cuya genética la vincula a las gimnospermas, como los pinos y cipreses, aunque carece de flores y frutos.

El hombre detrás de la fascinación por la ‘Welwitschia’

Ernst van Jaarsveld (Johannesburgo, 1953) es un destacado botánico, horticultor y explorador especializado en plantas suculentas, aquellas que almacenan agua en sus hojas o tallos para sobrevivir en condiciones extremas. Entre sus logros, destaca su profundo estudio sobre la Welwitschia y su contribución al conocimiento de las lamiáceas, como el conocido género Plectranthus, al que pertenece la popular “planta del dinero”. Su legado incluye libros de referencia y especies bautizadas en su honor, como Plectranthus ernstii.

Entrevista a Ernst van Jaarsveld

P. ¿Qué hace tan fascinantes a las plantas suculentas?
R. Reflejan la resistencia. Su aspecto actual es el resultado de millones de años de adaptación a entornos áridos y condiciones adversas.

P. ¿Cómo logran sobrevivir en ambientes tan hostiles?
R. A través de diferentes estrategias: resistencia mecánica (espinas), química (toxinas), camuflaje (como los litops, las “piedras vivientes”) o resistencia pasiva. Incluso convierten daños como el pastoreo en una ventaja al regenerarse rápidamente.

P. La ‘Welwitschia’ es única incluso entre las suculentas. ¿Qué la hace tan especial?
R. Su simplicidad. Tiene un tallo básico que se detiene en la etapa inicial de crecimiento y solo dos hojas, que nunca se renuevan pero crecen de forma continua, hasta 15 cm al año, durante 1.500 años o más. Estas hojas, aunque sean comidas por herbívoros como las cebras, siguen creciendo. Es una planta sin desperdicios, lo que le permite enfocar su energía en la reproducción.

P. ¿Cómo obtiene y almacena agua en un entorno tan seco?
R. Su tallo almacena humedad, y sus raíces profundas y fibrosas capturan agua. Además, vive en una zona de nieblas frecuentes que repone la humedad del ambiente.

P. ¿Tiene parientes cercanos en el reino vegetal?
R. Sí, pertenece a las Gnetales, un grupo con pocos representantes actuales. Es pariente de Gnetum africanum, una planta trepadora comestible, y de las efedras (Ephedra spp.).

P. ¿Qué nos enseña sobre el clima y su impacto?
R. Depende de las nieblas para sobrevivir, y cualquier alteración en este fenómeno podría acabar con ella. Los fósiles revelan que su distribución era mucho más amplia hace 115 millones de años, antes de que África se separara de Sudamérica.

P. ¿Puede cultivarse en jardines?
R. Sí, siempre que el suelo esté bien drenado. Requiere riegos regulares para evitar que se seque, lo que suele ser la causa principal de su muerte en macetas.

P. ¿Es difícil germinar sus semillas?
R. No, siempre que sean viables. Se siembran a mediados del verano y germinan en 3 días a 2 semanas, manteniendo el sustrato húmedo.

P. ¿Cuánto tiempo pueden vivir?
R. Los ejemplares más antiguos tienen al menos 1.500 años, aunque es posible que sean aún más longevos.

P. ¿Qué otras formas de vida dependen de esta planta?
R. Alberga un ecosistema en miniatura bajo sus hojas: lagartos, serpientes, camaleones del desierto, insectos polinizadores como abejas y avispas, e incluso herbívoros que se alimentan de sus hojas.

P. El turismo en Namibia gira en torno a esta especie. ¿Afecta a su conservación?
R. No, ya que es común en su hábitat, que se extiende a lo largo de 1.200 kilómetros. De hecho, el turismo educativo fomenta el respeto por esta planta única.

P. ¿Qué lección nos deja la ‘Welwitschia’?
R. Que nunca hay que rendirse. Las plantas no pueden escapar de las adversidades, pero las enfrentan con resiliencia. Aquellas que sobreviven emergen más fuertes.