El empresario Trinitario Casanova ha aclarado que nunca tuvo la intención de desarrollar un complejo en la finca de Monesterio, en San Lorenzo de El Escorial, y que todo se debió a un malentendido por parte del gerente de una de sus empresas inmobiliarias. Según Casanova, este gerente mostró la finca a inversores interesados en el proyecto sin considerar que el terreno estaba reservado exclusivamente para actividades agrícolas y ganaderas, las únicas compatibles con su estatus de Bien de Interés Cultural (BIC). La finca, que en su momento fue utilizada como lugar de recreo por el rey Felipe II y que alberga un palacete del siglo XVII, seguirá manteniendo su función actual. “Ese lugar continuará con sus vacas y caballos”, afirmó el empresario.
La noticia ha sido recibida con alivio por la Plataforma de Ecologistas Madrileña, cuyos miembros temían que la zona fuera transformada en un complejo con hoteles, aparcamientos y naves industriales. Su portavoz, María Ángeles Nieto, celebró la decisión del promotor y pidió a las autoridades que consideren la compra del terreno para garantizar su protección y convertirlo en un parque arqueológico.
Aunque la normativa vigente prohíbe construir en este tipo de suelo protegido, una modificación en la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid aprobada en diciembre de 2022 permite excepciones si el proyecto se declara de interés regional. De hecho, el plan se encontraba en fase de tramitación para solicitar esta consideración. Sin embargo, al haberse descartado el desarrollo del proyecto, la empresa promotora nunca llegó a completar el proceso administrativo.
El proyecto, denominado AgroHub, contemplaba la creación de un complejo autosuficiente con múltiples servicios. Según la documentación presentada a la Comunidad de Madrid, la iniciativa proponía construir cuatro hoteles, gimnasios, tiendas, cafeterías, restaurantes, aparcamientos y puntos de carga para vehículos eléctricos, entre otras infraestructuras. Además, se destinaba un área para cultivos, otra para ganadería y una sección de conservación natural dentro de un extenso terreno de 146 hectáreas, ubicado en la histórica Cerca Maestra de Felipe II.
Con la cancelación del proyecto, la finca de Monesterio seguirá preservando su valor histórico y ambiental, algo que los grupos ecologistas consideran una victoria en la lucha por la protección del patrimonio natural y cultural de la región.