Aemet prevé una primavera entre las más cálidas registradas

Las predicciones meteorológicas estacionales han dejado de sorprender: cada tres meses, se repite el mismo pronóstico de temperaturas superiores a lo habitual. Esta primavera no será la excepción, según ha anunciado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). En su previsión para los meses de abril, mayo y junio, el organismo estima con una probabilidad del 60 al 70% que la temperatura será más alta de lo normal en todo el país, con mayor intensidad en las zonas costeras y los archipiélagos, donde la probabilidad supera el 70%. España sigue encadenando primaveras cálidas desde 2018, consolidando una tendencia que acerca cada vez más esta estación al verano.

Sin embargo, el comportamiento de las precipitaciones sigue siendo una incógnita. Aunque marzo ha comenzado con lluvias significativas, los distintos modelos de predicción no logran establecer una tendencia clara. “Para ser sinceros, no sabemos cómo evolucionarán las lluvias”, admitió Rubén Del Campo, portavoz de Aemet, en rueda de prensa.

Un invierno atípico: más calor y menos episodios de frío extremo

La primavera llega tras un invierno que, una vez más, ha sido más cálido de lo habitual tanto en la Península como en los archipiélagos. Con una temperatura media de 7,8°C, 1,2°C por encima del promedio de referencia (1991-2020), la estación se ha caracterizado por la ausencia de olas de frío. Si bien se han registrado momentos puntuales de bajas temperaturas, ningún episodio ha tenido la intensidad suficiente como para considerarse ola de frío por segundo año consecutivo.

Las temperaturas extremas registradas ilustran esta tendencia: mientras que el 14 de enero Molina de Aragón marcó la mínima de -11,2°C —bastante moderada para una zona que ha llegado a registrar -28,2°C en 1952—, en La Palma se alcanzaron los 28,8°C en diciembre. En la Península, Murcia llegó a 28,1°C en enero.

Según Aemet, este ha sido el sexto invierno más cálido desde 1961 y el quinto más caluroso del siglo XXI. Lo más significativo, según Del Campo, es la clara tendencia hacia inviernos más suaves: de los últimos diez, solo uno ha sido frío, mientras que el resto han sido cálidos o muy cálidos. Además, por primera vez en la serie histórica, una estación ha registrado temperaturas superiores a la media durante siete años consecutivos.

Un invierno seco, pero con lluvias recientes que alivian la sequía

El invierno también ha sido seco en términos generales, con una precipitación media de 146 litros por metro cuadrado en la España peninsular, lo que representa solo el 75% de lo normal. No obstante, la distribución de las lluvias ha sido muy desigual: mientras que el oeste peninsular ha recibido abundantes precipitaciones, regiones como el interior de Cataluña, la Comunidad Valenciana, Murcia y el este de Castilla-La Mancha han registrado niveles muy por debajo de la media.

El inicio de la estación fue especialmente seco, con un diciembre que se convirtió en el segundo mes menos lluvioso del siglo, seguido de un enero más húmedo y un febrero nuevamente escaso en lluvias. Sin embargo, el balance del actual año hidrológico es positivo, con una acumulación de precipitaciones un 8% superior a lo normal hasta el 9 de marzo.

La noticia más alentadora es que la sequía meteorológica, tanto la de corto como la de largo plazo, ha llegado a su fin. A finales de febrero, ya no había sequía a un año vista, y con las lluvias de marzo, se espera que la sequía prolongada también se revierta. En los primeros nueve días del mes, España ha recibido una media de 59,5 litros por metro cuadrado, el equivalente a un mes completo de precipitaciones. Además, las previsiones indican que las lluvias continuarán en las próximas semanas, con la borrasca Konrad trayendo nuevas precipitaciones al norte y sur del país.

En definitiva, la primavera arranca con temperaturas en ascenso y una incertidumbre sobre las lluvias, mientras el invierno que acaba de concluir ha dejado un nuevo récord en la tendencia hacia estaciones más cálidas en España.