El FC Barcelona selló su pase a los cuartos de final de la Champions League con una exhibición en la primera mitad, imponiéndose con solvencia a un combativo Benfica. Los tantos de Raphinha y Lamine Yamal encendieron la pasión en Montjuïc, donde el equipo de Flick no solo buscaba la clasificación, sino también demostrar su fortaleza tras la pérdida del doctor Miñarro, una figura muy querida en el vestuario. Con este triunfo, los azulgranas rindieron un sentido homenaje y disiparon cualquier duda sobre su compromiso.
Desde el pitido inicial, el Barça dejó claro que quería dominar. La magia de Lamine Yamal, con su zurda prodigiosa, iluminó el estadio y dejó sin respuesta a la defensa lusa. Pese a que el marcador inicial de 0-1 complicaba el duelo, los catalanes no especularon y mantuvieron su esencia ofensiva. El plan del técnico alemán funcionó a la perfección gracias a la conexión entre Pedri y Dani Olmo, quienes dirigieron el juego con inteligencia, evitando precipitarse ante la intensidad del Benfica.
El partido comenzó con un golpe de autoridad cuando Raphinha adelantó a los locales en el minuto 10, culminando una brillante jugada de Lamine. Sin embargo, la respuesta de los portugueses fue inmediata: Otamendi igualó el encuentro apenas dos minutos después tras un córner mal defendido. Pero la alegría visitante fue efímera, ya que Lamine Yamal volvió a aparecer con un tanto magistral en el minuto 26, recordando a su icónica jugada ante Francia en la Eurocopa. El joven talento azulgrana encaró, recortó y definió con sutileza, desatando la euforia en la grada. Antes del descanso, Raphinha amplió la ventaja con otro gol, consolidando su impresionante registro goleador en la Champions.
Aunque el Benfica no bajó los brazos y buscó acortar distancias, la defensa azulgrana, liderada por Iñigo Martínez y Koundé, mantuvo la solidez. Szczesny, con su habitual calma, controló las acometidas lusas, mientras que Balde y Raphinha explotaban las bandas para generar peligro en cada contraataque. Con el marcador a favor, el Barça gestionó los tiempos en la segunda mitad, asegurando la victoria sin sobresaltos y reservando energías para el próximo desafío liguero ante el Atlético de Madrid.
Ahora, con la clasificación en el bolsillo, los culés esperan rival en cuartos de final, donde se medirán al Lille o al Borussia Dortmund. La confianza está en su punto álgido, y la afición sueña con revivir noches gloriosas en Europa. Lo que es indiscutible es que el presente y el futuro del Barça pasan por las botas de Lamine Yamal, el nuevo estandarte de la ilusión azulgrana.