Perros en las aulas: motivación, concentración y bienestar emocional para los estudiantes

El uso de animales de compañía en las aulas está revolucionando la manera en que los niños y niñas aprenden y se relacionan entre sí. Ava, una labrador retriever amistosa e inteligente, no es solo una mascota, sino una valiosa aliada en el aula. Junto a África Zurita, educadora canina y especialista en Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), Ava participa en sesiones en diversos colegios de la Costa del Sol, donde contribuye a mejorar la concentración de los estudiantes, fortalecer su autoestima y promover habilidades socioemocionales.

Cada vez más colegios de primaria y secundaria están incorporando animales, especialmente perros, en sus programas educativos. Según César Bernal, doctor en Psicopedagogía, “se trata de integrar un recurso educativo compuesto por un técnico y un perro en un aula con un grupo de estudiantes. No es una intervención terapéutica ni individualizada, pero sí es una herramienta valiosa que cambia el clima del aula, ayuda a calmar, activa la atención y facilita el trabajo en equipo”.

Maribel Vila, responsable de Terapias Asistidas con Animales de la Fundación Affinity, explica que las IAA permiten desarrollar estrategias útiles para enfrentar retos educativos, como la planificación, el control de impulsos, la coordinación de movimientos y la mejora de la imagen que los compañeros y profesores tienen de los estudiantes.

Además, diversos estudios y experiencias en España han mostrado que estas intervenciones ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, especialmente antes de exámenes. Por ejemplo, se han realizado sesiones de 15 minutos con perros antes de pruebas de evaluación, lo que mejora la concentración y, en consecuencia, los resultados académicos.

Beneficios específicos para los estudiantes

Bernal enfatiza que no existe una relación causa-efecto directa entre el uso de estos recursos y el desarrollo de habilidades del estudiante. “Lo que se haga con el perro y el técnico determinará qué capacidades se potenciarán. Incluso, un mal uso del recurso puede generar el efecto contrario”, advierte el psicopedagogo.

Alba Fernández, docente en el curso de Intervenciones Asistidas con Animales de Nubika, afirma que, desde el punto de vista cognitivo y educativo, estos programas mejoran significativamente la atención, la concentración, el lenguaje, la comunicación y la estimulación cognitiva. También se observan beneficios en la motricidad y coordinación, además de un aumento en la motivación para realizar ejercicios.

Las sesiones están diseñadas con objetivos educativos claros. Un niño que tiene dificultades para leer en voz alta puede practicar frente a un perro, ganando confianza al no temer al juicio de sus compañeros. Otro estudiante puede seguir pistas con la ayuda de un perro para resolver un enigma, lo que mejora su comprensión lectora y su seguridad. Además, la interacción con el perro también fomenta el desarrollo de la motricidad fina a través de actividades como acariciar o cepillar al animal.

“También pueden aprender a escuchar el latido del corazón de un perro, comprendiendo que es otro ser vivo que merece respeto, al igual que un compañero humano”, explica Zurita. Ella destaca cómo los niños, que inicialmente pueden mostrarse inseguros o reticentes, desarrollan un vínculo especial con el animal, lo que se traduce en mejoras en su confianza, comunicación y relaciones con los demás.

Un aliado contra el bullying

Según Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud en la Universidad Autónoma de Barcelona, los perros son un apoyo fundamental en momentos difíciles, también para los niños. En las escuelas, los perros de terapia pueden favorecer la integración social, fortalecer las relaciones y reducir los conflictos. Las intervenciones son especialmente valiosas en entornos con problemas de bullying o aislamiento.

Desde 2018, en la Escola Lleó XIII de Barcelona se han realizado sesiones con perros de terapia para prevenir el acoso escolar y promover el respeto. Estudiantes de 6º de Primaria y 3º de ESO participan en seis sesiones semanales de una hora. Según una portavoz del centro, estas sesiones han mejorado las habilidades sociales de los estudiantes y reducido actitudes negativas y violentas. Los niños aprenden sobre respeto, inclusión, autoestima, empatía y trabajo en equipo. El programa les enseña a cooperar, aceptar las diferencias y fomentar un liderazgo positivo.

El bienestar del perro es fundamental

Es esencial asegurar que el perro participante esté en óptimas condiciones de salud y bienestar. Esto incluye revisiones veterinarias periódicas, manejo adecuado de su descanso, alimentación y ejercicio. Según África Zurita, educadora canina, “el perro no es solo una herramienta de trabajo, sino un compañero con sus propias necesidades y emociones. Garantizar su felicidad es tan importante como los beneficios que aporta a los niños”.