La sonda Solar Orbiter, desarrollada por la Agencia Espacial Europea (ESA) con apoyo de la NASA, ha captado imágenes revolucionarias del Sol desde una distancia de 74 millones de kilómetros. Estas fotografías, obtenidas el 22 de marzo de 2023, incluyen mapas detallados del campo magnético y el movimiento de la superficie solar, fundamentales para comprender los procesos internos de nuestra estrella y otras similares.
Un laboratorio solar en el espaci
Lanzada hace cuatro años, la Solar Orbiter se ha convertido en el laboratorio más avanzado para estudiar el Sol. Equipos como el Generador de Imágenes Polarimétrico y Heliosísmico (PHI) y el Extreme Ultraviolet Imager (EUI) han capturado vistas nunca antes vistas del astro, que complementan imágenes obtenidas en misiones anteriores. Estas herramientas permiten observar múltiples capas del Sol, analizar la dirección de sus campos magnéticos y medir la velocidad y el movimiento del plasma en su superficie.
La corona y las manchas solares: nuevas perspectivas
Una de las imágenes más impactantes muestra la corona solar, la capa externa del Sol. En esta, las manchas solares aparecen en regiones activas, rodeadas de plasma a temperaturas superiores al millón de grados. Este plasma sigue las líneas del campo magnético, que en algunos casos conecta manchas solares cercanas.
Según David Orozco, científico del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC):
«La imagen, tomada a una longitud de onda de 17,4 nanómetros, permite ver el plasma caliente y las estructuras magnéticas que lo moldean, como si fueran líneas de un imán. Las regiones activas destacan claramente debido a la concentración del campo magnético, lo que enfría el plasma en estas áreas y reduce la convección térmica.»
Un Sol en constante movimiento
El tacograma, o mapa de velocidad del plasma, muestra cómo el material en la superficie solar se desplaza en distintas direcciones. Las zonas rojas indican movimiento alejado de la Solar Orbiter, mientras que las azules representan material que se acerca. Aunque las imágenes son estáticas, reflejan un movimiento perpetuo, impulsado por los campos magnéticos.
Además, la superficie visible del Sol revela la granulación característica causada por la agitación del plasma en la zona de convección. Este fenómeno recuerda al movimiento del magma terrestre y es responsable de la apariencia dinámica del astro.
Avances clave en la investigación solar
Daniel Müller, científico del proyecto Solar Orbiter, subraya la importancia de estas imágenes:
«El campo magnético del Sol es esencial para entender su naturaleza dinámica, desde pequeñas a grandes escalas. Estos mapas de alta resolución son no solo estéticamente fascinantes, sino también críticos para desentrañar cómo funciona nuestra estrella.»
Steph Yardley, experta en el Sol de la Universidad de Northumbria, agrega que la capacidad de la Solar Orbiter para capturar el viento solar cerca de su origen ofrece información sin precedentes:
«Estudiar la complejidad del viento solar directamente desde su fuente nos permite comprender mejor cómo se genera y cómo varía en diferentes regiones del Sol.»
Mirando hacia los polos y más allá
En los próximos años, la misión permitirá explorar regiones hasta ahora desconocidas, como los polos solares. Estas áreas son cruciales para entender la dinámica magnética del Sol, ya que su comportamiento difiere del observado en el plano ecuatorial.
Además, la ESA planea optimizar la frecuencia de las imágenes de alta resolución, reduciendo significativamente los tiempos de procesamiento y ampliando así las oportunidades de estudio.
Samuel Badman, del Centro de Astrofísica de Harvard y Smithsonian, concluye:
«Lo que aprendemos del Sol puede aplicarse a otras estrellas, ayudándonos a comprender cómo emiten vientos estelares y afectan su entorno.»
Con estas imágenes y datos, la Solar Orbiter no solo redefine nuestro entendimiento del Sol, sino que también abre nuevas puertas para el estudio de otros astros en el universo.