El Gran Premio de Estados Unidos será un punto crucial para Aston Martin, donde probarán mejoras que no solo buscan optimizar su rendimiento en las últimas carreras de 2024, sino también sentar las bases para el desarrollo del monoplaza de la temporada 2025.
Tras un 2023 lleno de éxitos con varios podios de Fernando Alonso, la temporada 2024 ha sido más complicada para el equipo británico. En Austin (Texas), aprovecharán la oportunidad para introducir un paquete de actualizaciones clave que marcarán el inicio del diseño del coche de la próxima temporada.
El Circuito de las Américas (COTA) es el escenario escogido por varias escuderías, incluido Aston Martin, para presentar sus últimas mejoras de 2024. Sin embargo, la estrategia de Aston Martin va más allá: estas actualizaciones también se utilizarán como prototipo para el AMR25, el coche con el que competirán en 2025.
Uno de los grandes desafíos que Aston Martin ha enfrentado este año es la discrepancia entre los resultados del túnel de viento y el rendimiento real en la pista. Esto ha causado frustración dentro del equipo, ya que las mejoras no han tenido el impacto esperado. En Austin, probarán si han logrado resolver estos problemas de correlación, centrándose en ajustes clave como la aerodinámica y la suspensión, aspectos que podrían trasladarse al coche de 2025.
Construyendo el AMR25
El objetivo en Austin es definir los conceptos básicos que formarán la base del monoplaza del próximo año. Aunque el diseño del AMR25 no será idéntico al coche que veremos este fin de semana, sí servirá como referencia para el desarrollo posterior.
Los ingenieros de Aston Martin buscan un equilibrio que permita crear un coche ágil y competitivo, adaptado a las preferencias de sus pilotos, especialmente Fernando Alonso. Durante esta temporada, el equipo ha sufrido problemas con el subviraje y la falta de agilidad en curvas, algo que esperan corregir con las nuevas mejoras.
Este enfoque no solo busca mejorar el rendimiento inmediato, sino también establecer un marco técnico claro para el desarrollo del coche del año que viene, con una mejor comprensión de lo que los pilotos necesitan para ser competitivos.
Liderazgo y visión a futuro
Uno de los retos de Aston Martin en 2024 ha sido la falta de un liderazgo técnico consolidado. Aunque Dan Fallows, exingeniero de Red Bull, aportó ideas innovadoras, el equipo ha tenido dificultades para consolidarlas y avanzar en el desarrollo del coche.
La llegada de Adrian Newey en marzo de 2025 podría suponer un cambio significativo, aunque su impacto se sentirá más en 2026, cuando entren en vigor las nuevas regulaciones de la Fórmula 1. Lawrence Stroll, propietario del equipo, es consciente de la necesidad de fortalecer el equipo técnico, y la incorporación de figuras clave como Enrico Cardile y Newey debería aportar la estabilidad necesaria.
Sin embargo, Alonso ha subrayado la importancia de no perder de vista el presente y centrarse en crear un coche competitivo para 2025, una temporada que será clave para las aspiraciones de Aston Martin en los próximos años.
La carrera por el desarrollo
Todos los equipos de la parrilla están ya enfocados en 2025, y Aston Martin sabe que, aunque los podios sean difíciles de alcanzar en lo que queda de 2024, las mejoras introducidas en Austin podrían marcar el inicio de su recuperación.
El verdadero desafío será cerrar la brecha con equipos como Red Bull, McLaren, Ferrari y Mercedes, con la vista puesta en ser un contendiente serio para 2025 y, más allá, en 2026, cuando las nuevas normativas entren en juego.
2025: una temporada de transición
La temporada 2025 será crucial para Aston Martin y el resto de equipos, ya que servirá de puente hacia las nuevas regulaciones de 2026. Los cambios incluyen coches más ligeros y la eliminación del DRS, lo que modificará significativamente el panorama de la Fórmula 1.
Aston Martin ya está distribuyendo sus recursos entre el coche de 2025 y el proyecto a largo plazo para 2026. Fernando Alonso, junto con figuras como Newey y Cardile, jugará un papel clave en este proceso, aportando su experiencia en transiciones reglamentarias. Para Alonso, el rendimiento en 2025 será fundamental para generar una inercia positiva que impulse al equipo hacia el nuevo reglamento en 2026.
Si Aston Martin logra desarrollar un coche competitivo en 2025, tendrán una base sólida para adaptarse y destacar en la nueva era de la Fórmula 1.