Rocío Huerta, la reina de las invitaciones de boda: desde 400 euros para ti, hasta trabajos para Almeida, Tamara Falcó y la alta sociedad

A pesar de haberse formado en Periodismo y ejercer en el campo durante un tiempo, hace ocho años Rocío Huerta decidió dejarlo todo para emprender con El Tintero, una papelería especializada en bodas en Madrid. Desde su pequeño local en la calle Alberto Alcocer, diseña a mano invitaciones, menús y misales personalizados, y ha logrado cautivar tanto a parejas anónimas como a celebridades y marcas de lujo.

Para Rocío, la caligrafía es mucho más que una técnica; es una forma de arte. Aunque trabajó como periodista, el dibujo y la pintura siempre estuvieron presentes en su vida, influenciada por su madre, encuadernadora artística. «Desde pequeña vi a mi madre diseñar libros, y esa pasión por el arte me fue contagiada», recuerda Rocío. No fue hasta años después que descubrió la caligrafía, a través de un curso que despertó su interés. Lo que empezó como un hobby terminó convirtiéndose en su vocación, y en poco tiempo decidió dejar el periodismo para dedicarse por completo a este arte.

La idea de emprender con El Tintero surgió cuando Rocío organizaba su propia boda. Se dio cuenta de que las invitaciones tradicionales eran poco originales y serias. «Todo era muy formal, los colores oscuros, y los diseños predecibles», cuenta entre risas. Así fue como diseñó sus propias invitaciones, personalizadas y diferentes, lo que la motivó a iniciar su propio negocio con el apoyo de su esposo.

Al principio, trabajaba sola, atendiendo pequeños pedidos de amigos y conocidos. Sin embargo, con el tiempo, el negocio creció, y junto con él los retos, como la contratación de personal y la búsqueda de un espacio más grande. A pesar de las dificultades, Rocío asegura que el esfuerzo ha valido la pena.

Hoy en día, El Tintero es un referente en el mundo de las bodas, transformando la papelería en un elemento decorativo clave. «Las invitaciones, menús y misales deben ser tan importantes como las flores o la decoración de las mesas», explica Rocío. Su enfoque en la personalización es lo que la ha hecho destacar. Cada proyecto es único y diseñado a medida con los novios, desde la elección de los colores hasta el tipo de papel y tinta.

El cambio en las tendencias de bodas también ha impulsado el éxito de El Tintero. «Antes todo era muy clásico, pero ahora las parejas, especialmente los influencers, buscan algo innovador y único», comenta. Rocío ha logrado adaptarse a estas nuevas demandas, creando piezas elegantes pero disruptivas que reflejan la personalidad de los novios.

En una era donde lo digital domina, la caligrafía artesanal sigue siendo valorada. «Mi obsesión ha sido poner de moda la caligrafía estos últimos años, y estoy orgullosa de haberlo conseguido», afirma Rocío. El trabajo que realiza requiere no solo habilidad artística, sino también paciencia y dedicación. Crear la papelería completa para una boda puede llevar entre uno y dos meses, dependiendo de la complejidad de los pedidos.

Gracias al boca a boca y la presencia en redes sociales, El Tintero ha ganado notoriedad, realizando más de 230 bodas en 2023. Rocío destaca la importancia de las recomendaciones: «Instagram es útil, pero el mejor cliente es el que viene recomendado».

Las invitaciones personalizadas de El Tintero oscilan entre los 400 y los 4.000 euros, dependiendo de la cantidad y los materiales. Rocío tiene claro su enfoque: «Ofrecemos un lujo exclusivo, cada pieza es única e irrepetible».

Entre sus distinguidos clientes figuran personajes como José Luis Martínez-Almeida, Tamara Falcó, Íñigo Onieva y el futbolista Ronaldo Nazario. Un momento especialmente memorable fue cuando Íñigo Onieva, amigo de la infancia de Rocío, le encargó unas minutas personalizadas para su pedida de mano con Tamara Falcó en tiempo récord.

El talento de Rocío también ha captado la atención de marcas de lujo como Dior y Dolce&Gabbana, que han confiado en su habilidad para personalizar productos. «En España hay pocos calígrafos, y muchas marcas recurren a mí para personalizar tarjetas o nombres en sus eventos», comenta Rocío, orgullosa de haber contribuido a revalorizar este arte en un mundo cada vez más digital.