El Sevilla firmó un partido indigno ante el Cádiz en el Pizjuán. Ramos habló tras el encuentro y generó muchas sospechas.
El Cádiz viajaba a Sevilla para medirse en el Sánchez Pizjuán a un conjunto hispalense ya salvado matemáticamente. Los gaditanos, a cinco puntos de la salvación, necesitaban de manera imperiosa el triunfo para seguir soñando con la salvación y lo consiguieron merced a un gol de Sergi Guardiola en el minuto 96 de partido. Todo ello tras un encuentro en el que el Cádiz demostró que se estaba jugando más que su rival ya que al Sevilla se le pudo ver bastante plácido y relajado en casi todas las acciones.
En la previa del partido comenzó a extenderse como la pólvora en Vigo, Vallecas, Gran Canaria y Mallorca, rivales del Cádiz por la permanencia, que el equipo amarillo ganaría en Sevilla.
La conexión Sevilla-Cádiz con el presidente del equipo gaditano, Manuel Vizcaíno, radica en que éste fue consejero del equipo hispalense con Del Nido. De ahí que se hable de una relación más que positiva entre las partes que ayer se dieron cita en el Sánchez Pizjuán.
El partido fue esperpéntico. El Sevilla le puso una alfombra roja a los atacantes del Cádiz que demostraron por qué son uno de los peores equipos en cuanto a eficacia de cara a portería. La intensidad de los de Quique Sánchez Flores fue mínima. El partido de dos de sus centrales, Badé y Sergio Ramos, fue inoperante.
Todo el que vio el partido, coincide: «El Sevilla no quiso competir ni ganar este encuentro». La propia afición hispalense reconoció la evidencia y muchos estaban indignados tras el mal partido firmado por su equipo. Los comentarios siguieron copando las redes, cada vez con mayor intensidad.
Tras el duelo, Sergio Ramos lo dejó claro en el postpartido. Poco menos que vino a reconocer que se dejaron ir y que no le dieron la importancia necesaria al choque.
Fuente: libertaddigital.com